No pedimos pan al hambre ni chocolate a la muerte

LES GUSTA ENDULZARSE...

martes, 28 de diciembre de 2010

Pero no te olvido, a pesar de todo.

Los minutos me persiguen y hacen presente que vuelves a estar aquí. Te olvidé, desapareciste de mi vida y decidí que si eso era lo que habías decidido, lo justo era que también lo hicieras de mi corazón. Y, mira tú, contrariamente a lo que todos pensaban, fui lo suficientemente fuerte y lo suficientemente valiente como para dejarte atrás. Nadie me creía capaz, una prueba más de lo mucho que puede llegar a sorprenderte la vida. Quién diría que un chico como yo, débil, sensible, insignificante, podría recomponer solito los trozos de un despedazado corazón. Mi alma hecha trizas y, sin embargo, conseguí levantarme. Pero has vuelto. Has vuelto y, con ello, todos los sueños de nuestro reencuentro han regresado a mi memoria y a mi vida y, sin embargo, han sido incapaces de atravesar mi corazón. No está blindado, ¿eh?, solamente cambié la cerradura y ya no tienes la llave para acceder a él. Sé que el resto del mundo espera ansioso a que me derrumbe, a que te perdone, a que me derrita con tu sonrisa de niña inocente. No digo que hayas cambiado, no digo que te hayas vuelto un monstruo, pero ya no me interesa tu compañía. Se acabó tu tiempo y ya no hay forma de que lo recuperes, amor mío. Te querré, sí, pero no de la misma manera que lo hice, y ya no eres ni la primera ni la única.

Ah, olvidé comentarte el motivo de esta carta. En el sobre te adjunto la invitación a mi boda, por si acaso así aceptas que ya no hay hueco para nuestra historia. Mi prometida te caería de maravilla, es todo lo contrario a ti, y con eso no digo que ni tú ni ella seáis mala gente. Simplemente, tenéis diferentes formas de ver la vida. Y me gusta más su punto de vista, una opción que me incluye y no me excluye como a veces hacías tú (mira, uno de vuestros opuestos). Espero verte por allí pero, si no lo haces, lo entenderé.
Que te vaya bien en la vida. Lucas.

Dulce sonrisa ;)

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